martes, 5 de junio de 2012

Roble

Como un roble fuerte, alto y robusto; así eres.
Rudo cuando las pasiones mueven tus ramas, pero también tierno.
Has cuidado siempre de esa hiedra, que todo el camino te ha acompañado,
Formando parte el uno del otro: Ella, que es paz, te sana con su savia,
Mientras tú proteges su frágil estructura con tu fuerza.

El tiempo pasa, dejando su huella en ti, al igual que en los árboles
Y jugamos, mirándote la cara, a adivinar tu edad por las arrugas,
Tú, bromeas, riéndote de lo que a nosotros nos da miedo,
Y sigues el recorrido que, para ti, aún no ha acabado.
Mirada chispeante, sedienta de libros y matemáticas.
Nunca te abandona esa alegría, ni aún en los peores momentos

Porque tú, abuelo, eres todo un roble eminente,
Y morirás como viviste: Siempre erguido. Porque así eres.

Dedicado a mi abuelo José Benito