jueves, 14 de marzo de 2013

Lo que de la vida aprendí


Si, lo sé, hace mucho que no escribo. Llevo mucho tiempo queriendo hacerlo, pero entre unas cosas y otras no he podido y cuando he podido no se me ha ocurrido nada que poner... (como ya digo... entre unas cosas y otras...). 


Esta nueva publicación espero que haga que me anime y vuelva a hacer publicaciones semanales o, al menos, mensuales. No es algo nuevo; lo escribí hace bastante, pero parece que gustó mucho en las redes sociales... Así que, pulido y organizado lo presento aquí de nuevo.



De la vida aprendí:

Que no todo lo que se piensa se dice, y que no siempre lo que se dice es lo que realmente se piensa.

Que hay silencios que duelen mas ningún otro insulto o reproche.

Que no sirve de nada la aceptación y el amor de los demás si no te aceptas y te amas a tí mismo.
Que antes de aprender a amar a otro hay que aprender a amarse a sí mismo y que el amor sano es querer a alguien tal y como es, incluyendo sus defectos.

Que siempre se puede cambiar, pero que hay cosas tan intrínsecas de nuestra persona que son mejorables, si, pero no milagros.

Que las caricias, los abrazos y los besos pueden ser solo muestras sociales de cordialidad, pero que en el momento justo y con sentimiento pueden apaciguar un alma, transmitir miles de sentimientos a la vez o crear una empatía agradable.

Que no debemos esperar que nadie este orgulloso de nosotros y de nuestra vida, salvo nosotros mismos.

Que el que dirán es una gran mochila que todos arrastramos, pero que hay que aprender a restarle peso.

Que las relaciones sentimentales y sociales siempre deben estar acorde con lo que nosotros deseamos y no con lo que nos digan que es lo "socialmente aceptado".

Que los ojos dicen mucho de las personas y hay que aprender a observarlos y analizarlos, pero también los gestos y la ropa nos ayudan a conocer a las personas.

Que los prejuicios son dañinos y que las apariencias engañan.

Que hay momentos en que es preferible comerse el orgullo y agachar la cabeza, pero que nunca se deben olvidar los ideales y la lucha por lo que creemos justo.

Que hay que leer y escuchar opiniones distintas a las nuestras, aprendiendo a mirar el mundo desde otra perspectiva para enriquecernos.

Que es mas difícil pedir perdón y reconocer los errores propios que perdonar, pero es una labor que desata el alma.

Que nunca hay que olvidar quienes fuimos para saber quien queremos ser.

Que el futuro es incierto y que, aunque es bueno marcarse metas y propósitos, es en el presente en el que eso se cuaja y tampoco es bueno aferrarse a un fin ya que quizá la vida te lleve por otros derroteros y hay que saber adaptarse y ser feliz.

Que la libertad tiene un doble filo:es el derecho de tener total conocimiento de las opciones y repercusiones de cada una de estas y el deber de, una vez tomada la decisión, hacerse responsable de ésta.

Que la amistad es mucho más que contarse cotilleos, es algo que no se puede explicar, sino que se siente.

Pero sobretodo... Aprendí a caer y levantarme y aprendí que no arrepentirme de lo que hice, dije o fui, porque cada paso, caída y desliz me hicieron como soy ahora y lo que soy es lo q tengo para seguir adelante.
............
Aprendí esto y mucho más en la vida y hoy, en una reflexión que raya el tópico, me apetecía compartirla. Me queda mucho que aprender, porque la vida es aprendizaje, por lo menos para mí.