Este lo escribí hace unos cuantos años, lo he salvado del olvido y tras un lavado de cara he decidido publicarlo como ejercicio. A ver qué os parece:
Cuando un tenue rayito de luz iluminó aquella habitación, se vio que en ella reinaba un total y absoluto caos: Un montón de cosas inservibles estaban acumuladas, rotas y mezcladas con otras más importantes pero maltratadas. Había muebles rotos que servían de casa a un montón de ácaros, telarañas y suciedad. Las paredes tenían grietas, desconchones y goteras. El parqué estaba carcomido, desgastado… ¡¡Aquel era el paraíso de las ratas!!
Cuando un tenue rayito de luz iluminó aquella habitación, se vio que en ella reinaba un total y absoluto caos: Un montón de cosas inservibles estaban acumuladas, rotas y mezcladas con otras más importantes pero maltratadas. Había muebles rotos que servían de casa a un montón de ácaros, telarañas y suciedad. Las paredes tenían grietas, desconchones y goteras. El parqué estaba carcomido, desgastado… ¡¡Aquel era el paraíso de las ratas!!
Pero, tras la pequeña iluminación, entró una brisa que se
convirtió, poco a poco, en un aire fresco y aromático que levantó con fuerza la cortina
rasgada.
Aquel rayito de luz se hizo cada vez más potente hasta convertirse en
una luz resplandeciente y cegadora, con la que toda la habitación se despertó.
Pronto,
esa habitación, que solo conocía la oscuridad y la mugre desde hacía mucho, comenzó
a recrearse.
Sus paredes recompusieron, como pudieron, las grietas y los
agujeros que los terremotos habían creado. La antigua y desconchada pintura de
las paredes fue sustituida por una nueva, de un color
mucho más alegre. El parqué se lijó y barnizó de nuevo. Aparecieron en las paredes nuevos cuadros, de alegres paisajes y preciosas imágenes con marcos
espléndidos que reemplazaron a los anteriores, arcaicos y tristes, cuadros. Fue limpiada a fondo de la
mugre, los ácaros y las telarañas. Los muebles rotos y
antiguos fueron restaurados y, además, aparecieron algunos nuevos; creando un
nuevo ambiente.
Todas aquellas cosas inútiles que estaban esparcidas y acumuladas por todos los rincones desaparecieron, a excepción de algunas que se guardaron como recuerdo (no sin antes limpiarlas a fondo), y las cosas valiosas se recolocaron en lugares más idóneos.
Todas aquellas cosas inútiles que estaban esparcidas y acumuladas por todos los rincones desaparecieron, a excepción de algunas que se guardaron como recuerdo (no sin antes limpiarlas a fondo), y las cosas valiosas se recolocaron en lugares más idóneos.
Aquella habitación quedó completamente remodelada. Los
muebles ahora estaban estudiadamente colocados en lugares estratégicos
para poder lucir las cosas más bonitas y esconder los lugares con marcas de
antiguos malos tiempos.
Ahora la habitación brillaba y resplandecía, incluso olía
distinto. Sin embargo, una vez dentro de ella, si te fijabas bien, aún podías
encontrar en algunas esquinas, debajo de las preciosas y nuevas alfombras, en los
restaurados muebles e, incluso en la pared, pequeñas cicatrices del pasado:
grietas, agujeros o desconchones que eran imborrables o que habían reaparecido a pesar
de las reformas.
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