Hoy es uno de esos días que te levantas por inercia, te
vistes, vas a trabajar, vuelves, comes… todo sin ningún entusiasmo.
De esos días en los que nada parece tener ningún tipo de brillo especial, ningún sabor: días
vacíos.
No tienen explicación concreta, simplemente son así. Días en
los que te limitas a seguir la corriente y continuar como un autómata. No todos los días pueden ser especiales, hay que resignarse.
Es en esos días en los que, a veces, me tomo unos momentos para aislarme en lo más profundo de mi cabeza, donde almaceno los recuerdos.
Reviso cuidadosamente las estanterías, escojo uno de los tarros donde pone "miel" con letras turquesa. Ahí guardo detalles, sin ninguna importancia aparente, que me han hecho sentir especial, que me han hecho volar.
Reviso cuidadosamente las estanterías, escojo uno de los tarros donde pone "miel" con letras turquesa. Ahí guardo detalles, sin ninguna importancia aparente, que me han hecho sentir especial, que me han hecho volar.
Saco mi bote; lo abro lenta y cuidadosamente y escojo un recuerdo, a veces es el recuerdo quien me escoge a mi.
Aquel momento ya acabó, pero queda su sabor, así que me recreo en él:
Me encanta esta
canción; es lenta, pero es bonita.
Me agarro a él y comenzamos a bailar lento,
me gusta volver a sentir el calor humano; realmente lo echaba de menos. Simplemente el calor de las personas, sin necesidad de algo sexual o romántico
entre medias…
No le conozco desde hace mucho, pero eso no importa; me da cariño que es lo que necesito ahora mismo. Seguimos el ritmo de la canción y no hay temor,
así que me acerco más y dejo que me abrace. Apoyo mi cabeza sobre su pecho y me
dejo de llevar por la música, por el calor humano, por el cinismo que da la
libertad del AHORA.
Me relajo; sé que no pasará nada y eso me hace sentir incluso mejor. Dejo que la música me llene... Mi alma vuela por un instante.
"Hoy no siento ese calor, hoy solo lo extraño" Pienso cerrando de nuevo mi tarrito con un "glup".
Esta vez el recuerdo me ha dejado un regusto extraño; de melancolía. Miro a mi alrededor. Hoy, de nuevo, estoy sola. En medio de una fría multitud que no sabe del calor de dos cuerpos
que se abrazan al son de una canción sin importar nada más. Es por eso, quizá, que mi día hoy es tan monótono, tan aburrido, tan nada…
Vuelvo a guardar el bote; ya he tenido mi dosis. Ahora toca seguir; seguiré, otro día monótono tras otro, hasta volver a encontrarme con un nuevo momento de miel que guardar, con ese
algo que me haga volver a sentir viva. Puede ser cualquier cosa, puede estar en cualquier lado, puede aparecer en cualquier momento... Estaré atenta.
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